Los
descansos activos se han convertido en una rutina fundamental para los niños y
las niñas de educación infantil y primaria.
A
través de estas actividades introducimos el ejercicio físico en clase, rompemos
el sedentarismo e incrementamos la motivación del alumnado.
Los
beneficios de incorporar los descansos activos al trabajo cotidiano los
comprobamos en el día a día, ya que tras la realización de los mismos el
ambiente del aula mejora, la actitud del grupo es mucho más positiva y los
chicos y las chicas regresan a las tareas concentrados y relajados,
favoreciendo así su activación cognitiva, la atención hacia el aprendizaje y el
desarrollo de su autoestima y bienestar emocional.